sábado, 16 de julio de 2011

¡A descubrir el mundo!

A veces hay que creerle a los que dicen que las casualidades no existen. Porque el globo terráqueo más antiguo que se conserva lo construyó en 1492 el comerciante, astrónomo y geógrafo alemán Martin Behaim, justo cuando el famoso don Cristóbal navegaba en sus carabelas por el Atlántico rumbo a América y le mostró al mundo que había algo nuevo al oeste de Europa. Porque en el globo de don Behaim sólo aparece el mapa conocido hasta ese momento: Europa, el mediterráneo, y algo más. Miren cómo era:




Pero a partir del descubrimiento de don Cristobal los globos terráqueos causaron fascinación. Primero, porque ayudaron a visualizar el mundo. ¿Y ahora? Ah, esa es otra historia... Porque la fascinación es tan grande que se los usa hasta para decorar. O tal vez sean inspiradores y los iluminan...




¿Qué les parece despertarse y ver el mundo en un abrir y cerrar de ojos?






¿O que el paso de las horas sea ilustrado por países y continentes?



Pero no siempre tienen que usarse para fines tan inusuales. A muchos les encanta coleccionarlos y ponerlos en diferentes ambientes de la casa.





Pero como en gustos de decoración no hay nada escrito, todo está permitido. Por ejemplo, ponerles frente a la tina para disfrutarlos en medio de un baño caliente y reparador.


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